Mal uso del SAE de una fundación pública: La Fundación de Estudios Andaluces.


«Me encuentro en situación de desempleo desde el pasado 4 de octubre, a consecuencia de un Expediente de Regulación de Empleo (total) de la empresa para la que prestaba servicios, siendo “futuro” perceptor de prestación por desempleo durante 24 meses por el importe máximo para una persona soltera y sin cargas familiares durante el total de los meses. (Lo que me convierte en un desempleado “caro” para el Estado, con prioridad para la colocación).

Tras el cierre de la empresa, acudí al Servicio Público de Empleo para solicitar dicha prestación con fecha 7 de octubre. El mismo día intenté inscribirme en los planes de políticas activas disponibles en el SAE y así ayudarme en la búsqueda de empleo de forma activa. Me ofrecieron la inscripción en el plan MEMTA para lo que tuve que acudir a la oficina en numerosas ocasiones antes de firmar el “contrato de compromiso de búsqueda activa de empleo”, el cual, impulsaría aún más mi prioridad para la colocación, según quien me aconsejó en el SAE.

Transcurrido algo más de un mes de mi inscripción como demandante de empleo, el pasado 17 de noviembre, para mi sorpresa, a las 11.00 am, recibí una llamada del SAE de una oficina que no es la que me corresponde, (cada oficina ofrece a las empresas a los demandantes de empleo “usuarios” de la propia oficina y en caso de no haber personas con el perfil requerido por las empresas, abren la búsqueda a otras oficinas), la oficina de La Puebla del Rio de Sevilla me convoca a un proceso de selección como candidato para ocupar uno de los tres puestos de trabajo de Guía de Museo, necesarios en el” Museo de la Autonomía de Andalucía” sito en esta localidad y gestionados por la “Fundación de Estudios Andaluces”, el funcionario me aclara que llama de una oficina que no es la mía debido a que la fundación ha solicitado un perfil muy específico para el que han tenido que abrir la búsqueda a toda la provincia y que aún así, sólo aparecemos siete personas inscritas en el SAE en Sevilla, (la situación me llama la atención de forma positiva, dado que en principio me parece tener posibilidades: 7/3), se me informa también que recibiré un correo electrónico en el día, con las instrucciones a seguir antes de la entrevista:

  1. Me facilitan la dirección de la entidad, donde se añade se me informará acerca de la actividad y condiciones de la oferta.
  2. Se me solicita el envío de un currículum vitae a una dirección de correo electrónico de la fundación.
  3. Aprovechan la ocasión para recordarme que la no comparecencia a esta convocatoria o negativa a la disponibilidad para esta oferta, puede suponer la pérdida de los derechos derivados de mi inscripción, según la legislación vigente.
  4. Se añade un documento para que la empresa oferente cumplimente con el resultado de la selección, que tendré que devolver a mi oficina del SAE en 5 días hábiles.
  5. El mismo día, antes de enviar el CV me informo a través de la Web de la fundación citada sobre el perfil del candidato que buscan para el puesto. Tal y como me había anticipado la persona de contacto, cumplo todos los requisitos. Confecciono el CV conforme a las prioridades que se dan en la oferta, lo envío y al día siguiente acudo a la fundación para recibir la información que se me daría de la oferta según la carta del SAE.

A partir de aquí la situación empieza a parecer extraña:

La primera sorpresa, es que en la dirección que me facilitan en la carta que recibo del SAE nadie espera que acudamos (los siete candidatos del SAE) a por información del puesto. Tras marearme en varias estancias, de la sede de calle Bailén de la fundación, una señorita me informa que la convocatoria se cerró el día anterior a las 14.00h. (El mismo día que me llamó el SAE, sólo tres horas más tarde, lo que me parece extraño pero, lamentablemente envié el CV a las 17.00h). Me comenta que no me puede informar de nada en relación con los puestos, dado que no está autorizada y su jefe no se encuentra. Le enseño la carta que me mando el SAE el día anterior, en la que no aparecen horas ni fechas límites para acudir ni para enviar el CV, a lo que se muestra indiferente y me dice que tiene que salir a desayunar. La situación empieza a preocuparme pues siento que mi prestación por desempleo pueda estar en juego, por lo que me niego a abandonar y le digo que si ella no puede atenderme quiero hablar con su jefe. Lo llama por teléfono, le comenta el caso y me responde que las personas ya están seleccionadas, pero que si quiero que me firme “el papel” para entregarlo en el SAE que acuda a la sede de la Plaza de la Magdalena, que es donde este señor (su jefe) se encuentra. Como no me queda otra, lo hago.

Este señor no me atiende, lo hace su secretario a quien le entrego el documento, que le lleva al señor jefe, el cual me devuelve con su firma y sello y con una anotación para el SAE. “El candidato está en proceso de selección”. (Tras haberme dicho la señorita de la otra oficina que los puestos ya están asignados, la situación me parece una falta de respeto hacia mi tiempo y mi persona).

Como es lógico, tras el enfado por el tiempo que me han hecho perder, llamo al SAE e informo de lo ocurrido al funcionario que contactó conmigo el día anterior, el cual se ve obligado a consultar con la fundación y llamarme de nuevo para darme respuesta. Se disculpó y me informó que la convocatoria, sin ellos saberlo, también se había abierto sin pasar por el SAE siendo los plazos que me indicó la señorita válidos para los que acceden a través de esa otra vía; que ya tienen a “posibles candidatos”, pero no a los definitivos e insistió en que los registrados en el SAE tienen preferencia, dado que son fondos públicos los que sustentan la fundación, y que ellos también tienen un compromiso con el SAE. Añade que nos tienen que aceptar en el proceso de selección y que me llamarán desde la fundación.

Las semanas posteriores, tras no recibir llamada alguna desde la fundación y negarse a darme información sobre el proceso, he estado consultando con el SAE para comprobar si sabían algo. Hoy 9 de diciembre, he contactado con el funcionario, quien tras disculparse y comentar la frustración que sufre con estos casos en el desempeño de su trabajo, me ha comentado que lamentablemente la Fundación de Estudios Andaluces ha hecho un mal uso del SAE puesto que no ha cumplido con su compromiso de prioridad en la selección con los candidatos propuestos por el servicio público, dado que ni tan siquiera han realizado las entrevistas, estando los seleccionados ya contratados, haciéndonos a todos los implicados perder el tiempo.

Considero esta experiencia cuando menos un abuso incompresible, pues no se entiende que teniendo a candidatos seleccionados a priori se moleste a desempleados como yo los cuales estamos obligados a acudir y cumplir con “el compromiso” o nos arriesgamos a perder la prestación. Por otro lado, de acuerdo con el funcionario, me parece que en este caso la Fundación de Estudios Andaluces ha hecho un mal uso del Servicio Andaluz de Empleo, además de con los ciudadanos, los cuales parece hemos sido utilizados para justificar que hacen uso de los servicios públicos de empleo, ambas cuestiones no se entienden a no ser que haya un interés privado que desconozco, aunque imagino que debe estar relacionado con su financiación.

No dudo de la formación o profesionalidad que puedan tener los seleccionados, pero permítanme opinar que no se han respetado los criterios de transparencia en la selección que debieran tener todas las organizaciones perceptoras de fondos públicos, ni el compromiso de prioridad que existe con los candidatos del SAE, dado que siquiera se han entrevistado, más bien parece que se ha intentado sacar beneficio utilizando como “trámite” el trabajo de los Servicios Públicos y el tiempo de los ciudadanos.
Por lo que me atrevo a decir que la situación cuando menos avergonzaría al Ilustre Blas Infante, a quien va dedicado el citado museo».

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