Los fraudes contables del ERE de UPS: Cómo convertir ganancias en pérdidas

Enrique Martín Criado, miembro de ABP


Últimamente se ha puesto de moda una cosa que llaman “contabilidad creativa”. A los que no están familiarizados con la expresión les puede sonar a contables pintando cuadros o bailando danza contemporánea. Pero lo que este nombre designa es algo que en lenguaje común se llama mentir, engañar o defraudar. Eso sí, con ingenio.
Un caso curioso lo constituyen las mentiras que ha pergeñado UPS para que se apruebe el ERE que quiere perpetrar. En este caso, hay mucha creatividad: se trata de hacer pasar todo por lo inverso, de convertir las ganancias en pérdidas para justificar despidos injustificables. Como los magos, los contables creativos pueden hacer desaparecer conejos –en este caso, beneficios- para luego multiplicarlos con algunos pases de ilusionista. Veamos el proceso.

Primer paso: cambiar el conejo
El primer paso es convertir un problema en otro muy distinto. El problema de UPS no es la ausencia de beneficios. En realidad, UPS no tiene grandes problemas, sino una ambición sencilla de entender: tiene beneficios, pero quiere multiplicarlos. Nada censurable, por el momento, al menos dentro de la lógica que llaman “de mercado”. Lo que sí es censurable es la manera de aumentarlos: despidiendo a sus trabajadores para poder recurrir a subcontratas. ¿Por qué? Porque en el proceso desaparecen muchos derechos laborales –que pueden resultar costosos-.
Ahora bien, esto no se puede contar así: queremos despedir para eliminar derechos y así aumentar los beneficios, porque queremos ganar más aunque sea a costa de hundir a nuestros trabajadores. Queremos despedir porque nos conviene sustituir a nuestros trabajadores por mano de obra aún más barata, por subcontratas que nos permitan saltarnos las regulaciones laborales.
Decirlo así suena feo, y por supuesto no es motivo para justificar un ERE. Por ello hay que cambiar el problema. El problema ahora es: tenemos pérdidas. Y despedir es la solución: ya no se trata de que “queramos” despedir, sino de que “no podemos no despedir”. Pero este nuevo “problema” requiere varios pases de ilusionista más, porque UPS tiene beneficios.

Segundo paso: yo no soy yo
Imaginémonos –es gratis, por el momento- que llega a nuestra casa un pariente a pedirnos ayuda económica. Sabemos que nuestro pariente tiene muchos ingresos y un gran patrimonio. No podemos menos que sorprendernos y preguntarle: ¿qué ha pasado?
– Que tuve muchos gastos, cada vez que me tomaba un café en casa tenía que pagarme un euro
– ¿A ti?
– Sí, a mí, y cada vez que utilizaba el coche y cada vez que veía la televisión, que ponía música…. Los gastos aumentaron tanto que me quedé sin dinero y tuve que pedirme un préstamo
– (Cara de estupefacción)
– Por supuesto, aproveché para imponerme una alta tasa de interés. Pero devolver el préstamo ya es imposible, me pedí mucho más dinero del que necesitaba y no podía pagarme tantos intereses. Estoy endeudado hasta las cejas…
Supongo –espero: nunca se sabe- que ningún lector habrá tenido un pariente así. En todo caso, ante una persona-persona, uno sabe que se encuentra ante uno de estos dos casos: a) es un cara y nos toma por estúpidos; b) está loco. En el primer caso, lo echamos de casa a patadas. En el segundo… el asunto es más complicado.
Pero aún más complicado que una persona-persona loca es una persona jurídica. Las personas jurídicas –una empresa es una persona jurídica- se pueden desdoblar sin sufrir esquizofrenia. Y nos pueden tomar por estúpidos con altas probabilidades de éxito.
“UPS España, SL” es una persona jurídica, como lo son “UPS, España Ltd”, persona jurídica radicada en EEUU, “UPS Spain, S.L.”, persona jurídica española –como su propio nombre indica: Spain- y otras muchas UPS en muchos países.

Ahora que UPS es muchas UPS el juego del pariente arruinado es más fácil. UPS España SL envía un paquete a Italia, en colaboración con UPS Italia. Le cobra al cliente 100 euros –redondearé para no asustar a los fóbicos a las matemáticas-. El envío genera gastos de recepción, de transporte, de almacenaje, etc. UPS Italia le envía a UPS España SL una factura de 80 euros por los servicios prestados. UPS España SL no tiene con los 20 euros que le quedan ni para cubrir gastos. Pero sigue mandando paquetes a Italia y a otros países, donde hay otras UPS que le mandan facturas abultadas por los servicios prestados. En otras palabras, UPS utiliza sus distintas empresas para traspasar los beneficios que se generan en UPS España a otras filiales del grupo. El truco es inflar artificialmente los precios que las otras filiales le cobran a UPS España por los servicios prestados.

Gracias a este truco, UPS España SL comienza a tener problemas económicos y pide un préstamo. ¿A quién? A UPS Germany, pongamos, que le pide una tasa de interés favorable… para UPS Germany. De esta manera, la deuda para UPS España SL crece año tras año porque tiene que pagar intereses… a UPS X, a UPS Y, a UPS Z… esto es, a UPS. Aquí el truco es traspasar los beneficios de UPS España a las otras filiales en forma de intereses por préstamos que las otras filiales le hacen a UPS España. En otras palabras: retiramos beneficios, pero los disfrazamos de intereses, que nos pagamos a nosotros mismos –bueno, a una empresa del grupo UPS-.

Es como en el misterio de la Santísima Trinidad, donde una paloma deja a una mujer embarazada, pero la paloma es el padre dios todopoderoso (un señor con barbas), y el hijo que nace también es el padre, y el hijo es crucificado porque lo quiere el padre, pero es el padre y la paloma, pero la paloma es distinta del padre y del hijo crucificado… Aquí UPS es padre, hijo crucificado –UPS España SL- y espíritu santo: en realidad son la misma persona, pero no a efectos fiscales –los caminos del fraude fiscal son inescrutables-.

Tercer paso: me cuestas mucho porque te despido y te despido porque me cuestas mucho
Algunas películas juegan con el tema del “regreso al futuro”, con el vaivén de las personas a través del tiempo –van al futuro, o al pasado, y luego vuelven-. Así, una mujer vive la muerte de su marido, pero ésta no se ha producido aún –la mujer viajó al futuro, no sé cómo, la película venía sin libro de instrucciones, además, nadie se lee los manuales-. Cuando está en el futuro ve lo que va a pasar y cuando está en el presente intenta que no pase, pero lo que hace para evitar que pase provoca que termine pasando –ya sé que es el mito de Edipo…-.
Volvamos al presente, a UPS. UPS tiene pérdidas –ya sabemos cómo-. Pero además, sus gastos de personal, según las cuentas de UPS, han crecido mucho: un 67,3% de 2007 a 2008, según sus cuentas. Este crecimiento desmesurado de los gastos de personal es lo que justifica que, para reducir las pérdidas, el primer paso sea “reducir los gastos de personal” –esto es, mandar a la calle a la gente, ya que no nos dejan cobrarles por trabajar-.

¿Por qué han aumentado tanto los gastos de personal? ¿Ha aumentado el sueldo a su personal? No… UPS, después de todo, no es Jesucristo, y no se dedica a multiplicar los panes y los peces… al menos, para sus empleados. Entonces, ¿ha contratado mucho personal? Tampoco: el personal crece de 1148 a 1156 personas -0,7%-, y este ínfimo crecimiento se produce en la categoría de “mozos” –como su propio nombre indica, jóvenes, esto es, baratos-.

Según la lógica de los “antiguos”, los costes de personal crecerían porque hay más personal o porque el mismo personal cuesta más. Pero ni una cosa, ni la otra. ¿Entonces? Aquí entra en juego la creatividad: hagamos el futuro presente; no es realidad, pero lo será porque hemos viajado en el tiempo –UPS es una empresa de transportes-. Incluyamos en los costes presentes de personal lo que nos va a costar despedirlo.
– ¿Perdón?
– Sí , el personal nos cuesta mucho porque lo vamos a despedir, y tendremos que pagar indemnizaciones
– Y ¿por qué lo van a despedir?
– Porque nos cuesta mucho, está ahí, en las cuentas.
– Pero si no lo despidieran, no les costaría mucho, les costaría un poquito más que el año pasado
– Pero lo vamos a despedir, porque nos cuesta mucho…

Este diálogo surrealista sería propio de los hermanos Marx. O de aquella vieja canción de La Mandrágora -¿por qué es el jefe…?-. Pero no, ni es una canción satírica ni una película de humor surrealista. Es contabilidad…. creativa.

Autor: Enrique Martín Criado

Para más información, ver el informe elaborado por Eduardo Gutiérrez:

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