Muchos trabajadores alicantinos saben que el empleo es un bien escaso, por eso están dispuestos a conservarlo incluso a costa de la salud. Si antes de la crisis, la media de las bajas laborales por incapacidad temporal por una enfermedad común alcanzaba los 58 días, hoy se reincorporan a los 42 días.
Estos datos de la Seguridad Social reflejan una realidad cambiante: «Hay una nueva tendencia, el presentismo, que es lo contrario del absentismo, es la tendencia a permanecer en la empresa el mayor tiempo posible», explica Salvador Roig (CC OO).
Las mutuas presionan
El papel de las mutuas también influye. «Hacen la gestión del seguimiento de las bajas, y cuando llaman, pues algunos trabajadores pueden tener la sensación de estar controlados, tal vez lo ven como una forma de presionarte», según Roig.
Como ejemplo, llegan a telefonear a un recién diagnosticado por colitis ulcerosa (inflamación intestinal crónica) sorprendidos por estar de baja, pese a haber necesitado de hospitalización.
Esto es posible porque desde 2008 estas empresas no solo se ocupan de los accidentes laborales, sino que pueden gestionar incapacidades temporales derivadas de contingencias comunes.
En Ciudad Real, donde más tardan
La tendencia a acortar las bajas no es exclusiva de Alicante, sino nacional, donde la media actual está en 30,28 días frente a las 47,75 de hace cinco años. Los que antes vuelven al trabajo siguen siendo los navarros, que lo hacen en 18 días, 24 menos que los alicantinos. y los más tardones son los de Ciudad Real, donde la baja es de 55,8 días de media.
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