Bilbao: El metro quiere imponer la ley del silencio


La ley del silencio se quiere imponer en Metro Bilbao. El consejero delegado, Iñaki Prego, envió el pasado viernes una circular interna a toda su plantilla por la cual le propone la firma de un acuerdo de confidencialidad con varias cláusulas muy estrictas que se añadirán como anexo al contrato particular de cada trabajador. Unas inclusiones que impiden a los empleados no solo hablar de cualquier tema que atañe al suburbano, sino que prohíben expresamente «comunicados de prensa, comentarios editoriales en los diarios, comunicaciones o participaciones en páginas web, blogs o foros de internet, salvo que dicho comentario sea previamente autorizado por escrito por la empresa».

La noticia ha caído como una bomba entre los trabajadores y los sindicatos en un escenario de conflicto laboral muy tensionado.

«No sabemos qué grado de voluntariedad u obligación tiene la firma de las cláusulas ya que no lo especifican, pero solo plantearlo resulta muy significativo», explica Raúl Méndez, delegado sindical de LAB. De igual forma opina Xabier Durango, secretario de la federación Hainbat de ELA, que coordina la labor sindical en el metro. Durango va aún más allá ya que «una vez más esta dirección ningunea al comité de empresa, que tiene que ser informado de cualquier asunto que atañe a los contratos, y la dirección no ha dicho nada, tan solo ha emitido un aviso a través de la intranet».

Las cláusulas indicadas en ese anexo, que «deberá ser firmado de forma individual», según concreta el comunicado, implican de facto que la plantilla no pueda hablar de nada a nadie ni por ningún medio de los asuntos de Metro Bilbao «o del ente o grupo de sociedades al que en su caso pertenezca».

La primera directriz «obliga a mantener la más estricta confidencialidad sobre cualquier información, documentación o datos a los que tenga acceso y que se refieran o estén relacionados de cualquier forma con la actividad de la empresa o de cualquier persona o entidad que hubiera tenido contacto con las mismas». Eso sí, exceptúa «aquellas informaciones que sean expresamente identificadas por el comité de dirección de la empresa como de carácter público».

El segundo punto alude a que no solo el trabajador se abstendrá de revelar cualquier dato por sí mismo, sino que tampoco se tiene que permitir que lo hagan terceras personas. Las indicaciones llegan a detallar hasta los medios que quedan prohibidos. En concreto, la plantilla «se compromete a no comentar públicamente» ninguna cuestión que afecte a los intereses de metro en prensa escrita, blogs, páginas web y también comunicados públicos.

Despido y compensación El incumplimiento de estos puntos supondrá «la aplicación del régimen disciplinario correspondiente a dicha infracción pudiendo imponerse, en caso de apreciarse en su grado máximo, la sanción de despido y pudiendo la empresa exigir compensación por daños» al empleado. Y aun desligado de la sociedad, el afectado tampoco podrá hablar del suburbano durante el resto de su vida. Además de prohibirle a su marcha extraer cualquier documento o fichero electrónico información, algo lógico, si infringiera su compromiso de confidencialidad, Metro Bilbao «podrá exigir compensación por daños al trabajador/a si lo considerase oportuno».

Los sindicatos ELA y LAB ya han puesto en manos de sus respectivos abogados el documento que el equipo de Iñaki Prego pretende que firme cada empleado para cerciorarse de su legalidad y aconsejar a la plantilla en consecuencia. Raúl Méndez no entiende que Metro Bilbao sea una entidad necesitada de tanto secretismo. «Esta no es una empresa privada con grandes secretos, es pública y su labor no tiene competencia; es más, las empresas ferroviarias comparten información por el bien de sus usuarios».

También reflexiona sobre el hecho de que «no se especifica nada sobre si estas medidas afectan a los delegados sindicales, ya que cualquier crítica por nuestra parte puede ser sancionada con lo que, además de ir contra la libertad de expresión, también atentaría contra la libertad sindical».

http://www.deia.com/2011/05/31/bizkaia/el-metro-quiere-imponer-la-ley-del-silencio

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