Carta de la Sección Sindical Torraspapel, S.A. Motril SINDICATO INDEPENDIENTE MOTRILEÑO DE PAPELEROS SIMPA


LA NOTA DE PRENSA DEL SINDICATO INDEPENDIENTE MOTRILEÑO DE PAPELEROS SIMPA.

El pasado 27 de enero de 2012 fue despedido nuestro compañero Gonzalo Pulido, de Torraspapel Motril. Esta empresa, que presume de productividad, de beneficios empresariales y de una política de empleo a favor de la estabilidad laboral, muestra una vez más esa cara oculta que sólo conocen los que, día tras día, viven la realidad de la fábrica desde dentro (nada que ver con las bondades que se muestran hacia fuera).

Las «razones oficiales» del despido son que nuestro compañero tiene problemas de salud y que no está en condiciones para incorporarse.

No menciona la empresa, sin embargo, otros hechos que nos podrían hacer entender con más claridad la auténtica motivación del despido. Por ello, nos vemos obligados a darlos a conocer.

Tras permanecer algunos años en situación de excedencia, el trabajador solicitó la reincorporación a su trabajo. La empresa se la denegó, y le «aconsejó» que guardase silencio y esperase a que por la empresa se accediese al reingreso. No obstante, nuestro compañero decidió desobedecer los «amables consejos» de la dirección de la fábrica e interpuso una reclamación contra la empresa, solicitando algo «totalmente descabellado y desproporcionado»: la reincorporación a su puesto de trabajo.

Finalmente, la Justicia le ha dado la razón a Gonzalo, ha desoído las supuestas razones de la empresa, y ha reconocido el derecho de nuestro compañero a volver a su puesto de trabajo, y a ser indemnizado por todo el tiempo que no ha podido trabajar como consecuencia de la injusta y arbitraria decisión de la empresa.

La sentencia no ha sentado nada bien a la dirección de la fábrica, que preferiría tener unos trabajadores «silenciosos» y «poco problemáticos». Tras recibir la sentencia, en menos de una semana, se citó a nuestro compañero y se le comunicó su fulminante despido. En este caso, y como hemos dicho, el «supuesto motivo» era su estado de salud.

Evidentemente, el despido del trabajador no es más que una represalia por haberse negado a permanecer callado ante la injusta actitud de la empresa. La dirección de la fábrica, además, se ha escudado para proceder al despido en un motivo que no podemos más que calificar como vergonzoso, y es el estado de salud de nuestro compañero. Hablando en plata, le ha despedido por encontrarse enfermo (o, al menos, eso dicen ellos).

Por ello, nos vemos obligados a denunciar públicamente este nuevo abuso de la dirección de la fábrica y a criticar que una empresa que «presume» de su buen hacer, pueda llegar a despedir a un trabajador de la fábrica por atreverse a reclamar lo que es suyo (y que así se lo han reconocido los Tribunales), y por no encontrarse (insistimos, supuestamente) bien de salud, en lugar de darle más apoyo, como entendemos que procedería. Mal vamos si para obtener más beneficios vamos a comenzar a despedir a trabajadores enfermos.

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