Crónica de un despido injusto


Crónica de un despido injusto

Martes, 12 de Abril de 2011

COMO trabajadora despedida de Asimec por motivos de salud, quiero hacer públicos los graves acontecimientos que han rodeado mi despido, así como denunciar la situación de indefensión en la que me encuentro y que me ha obligado a recurrir a los tribunales. Aprobé una oposición concurso para trabajadora familiar en la empresa pública Asimec, que gestiona el Servicio de Atención a Domicilio de Pamplona. En el reconocimiento médico que hace el Servicio de Salud Laboral del Ayuntamiento, antes de firmar el contrato, me consideraron apta para el trabajo. Comunico que sufro síndrome piramidal ciático. Empecé a trabajar, y al poco tiempo recaí en mi lesión. Después de varios meses, en abril del pasado año me operaron con resultado satisfactorio. En septiembre la Seguridad Social considera que ya estoy apta para trabajar y me da el alta médica, aunque todavía estaba limitada físicamente por la operación (no podía coger peso ni agacharme).

Cuando me fui a reincorporar a mi trabajo, la empresa, que supo de mis limitaciones, por mí misma y después por Salud Laboral, no accedió a buscar alternativas a mi puesto de trabajo inicial. Sorprendentemente, desde el día que recibí el alta lo único que me propuso el gerente de Asimec fue que pidiera una excedencia o permiso, a lo que yo me negué (ya que soy viuda, con un hijo adolescente), no puedo permitirme no tener ingresos porque todo depende solo de mí. Y aquí comienza el calvario. Recurrí a la Seguridad Social para que me dieran más tiempo para recuperarme, pedí a la empresa que me realizase un chequeo médico; lo único que yo quería era trabajar. Durante este tiempo de trámites, siempre por orden del gerente, yo estaba en mi casa con la angustia de pensar que en cualquier momento podían decir que no acudía a mi trabajo y despedirme. En noviembre me hicieron el chequeo médico en el Servicio de Salud Laboral del Ayuntamiento de Pamplona. Personalmente el médico me dijo que estaba con limitaciones, pero que si fuera dentro de cuatro meses no estaríamos hablando de lo mismo, al considerar que era el plazo para recuperarme totalmente pues así lo requiere la operación.

 

Pues bien, el 31 de diciembre fui citada en la oficina de Asimec, es entonces cuando me dan la carta de despido por considerarme no apta para mi trabajo, reconociendo la improcedencia e indemnizándome como legalmente corresponde. Me siento engañada, vapuleada, por las falsas expectativas creadas a raíz de aprobar una oposición (muchas personas me felicitaron). Porque me he dado cuenta de que se crean empresas públicas a medida – en este caso del Ayuntamiento de Pamplona-, porque mi angustia no le ha importado a nadie, porque creo que el esfuerzo por superarse no tiene precio. ¿Cambiaría su puesto por 3.000 euros de indemnización? Yo, desde luego, no. Lo único bueno, después de años, es que me siento persona, ya no tengo síndrome piramidal (gracias, doctor Hidalgo) y, por supuesto, saber más que nunca que no soy un borrego, que tengo el derecho y el deber de resistir, y así lo haré pase lo que pase, con dignidad y la cabeza bien alta. Con el apoyo jurídico de CCOO he llevado mi caso a los tribunales, porque me parece indignante la arbitrariedad con la que se trata a las personas, mi vulnerabilidad como trabajadora solo por el hecho de tener un problema de salud y que éste haya provocado mi despido, algo injusto, discriminatorio e inconcebible en pleno siglo XXI. El juicio es hoy, 12 de abril.

http://www.noticiasdenavarra.com/2011/04/12/opinion/cartas-al-director/cronica-de-un-despido-injusto

Imprimir | PDF



Recibe notificaciones para seguir el debate:
Notificarme vía email si hay
guest
0 Comentarios
Inline Feedbacks
Ver todos los comentarios