Discriminacion por embarazo: «Me ha puesto pegas un ente público»


Tibiabín H. recibió el pasado 18 de mayo esa llamada que llevaba tiempo esperando. Por fin iba a poder incorporarse al puesto de Técnico en Operaciones en el área de Movimiento (señalero) del Aeropuerto de Lanzarote, unas oposiciones que había aprobado en febrero de 2006. Después de cinco años de espera, fue a la entrevista con nervios, ilusión, expectativas de un futuro mejor y siete meses de embarazo. Aena ha decidido que «temporalmente» Tibiabín no es apta para trabajar.

Cuando el Departamento de recursos humanos del Aeropuerto de Guacimeta, en Lanzarote, llamó para ofrecerle comenzar el período de preparación de un mes, Tibiabín estaba de 29 semanas. Vieron su barriga y, entonces, empezaron las pegas. Le dijeron que se pensara si quería comenzar la formación, insinuando que, quizás, para su embarazo fuese mejor que rechazara la oferta, pero en ningún momento indicaron que existiese riesgo alguno ni para su propia salud ni para la de su hija. Tibiabín estaba convencida, llevaba tiempo esperando esa oferta y no pensaba desperdiciarla.

El siguiente paso fue someterse a una revisión médica. El doctor de la Mutua realizó las pruebas correspondientes (visión, capacidad pulmonar, electrocardiograma y una prueba de coordinación). «Me dijo que en ese momento había pasado todas las pruebas con éxito y que la deliberación final quedaba pendiente del Departamento de Medicina Laboral de Madrid», indica Tibiabín.

Como se esperaba, el veredicto llegó. Fue rotundo pero tácito: «no apta especial temporal». Por qué es ‘especial’ y por qué es ‘temporal’ no lo dijeron, pero Tibiabín entiende que la traducción es «embarazada». «Esas palabras lo dejan muy claro pero a la vez no dicen nada. Es porque estoy embarazada», afirma Tibiabín.

Esas palabras, además, no fueron acompañadas de ninguna explicación «Yo veo mal el trato, nadie fue capaz ni siquiera de asesorarme sobre los motivos que habían llevado a esa negativa. Toda la información que tengo es porque la he buscado por mí misma», explica.

SIN EXPLICACIONES

«Me he intentado informar de si va a repercutirme a mí o a mi hija porque no recibí ningún tipo de información. No he encontrado información que diga que ese puesto de trabajo pueda repercutir en la salud de mi hija y, si es simplemente porque estoy embarazada, no me pueden discriminar. Perdí la oportunidad para hacer el curso para una futura plaza. No me dan una respuesta de cómo evolucionará mi situación en la empresa. Extraoficialmente, me dijeron que seguía en la lista pero no me han certificaron nada», continúa Tibiabín.

El Referente se ha puesto en contacto con Aena para informarse de la situación de Tibiabín. En cuanto al motivo del rechazo de su candidatura, no ha habido respuesta. «El motivo sólo lo tiene el médico de SS.CC. de la empresa y no se puede hacer público porque es un dato personal protegido por la ley de protección de datos. Antes de acceder a realizar el curso, debe ser contratada y no pudo serlo porque tenía un no apto temporal», han indicado desde el departamento de prensa de Aena.

Sobre su situación en la empresa indicaron que «continuaría en el mismo orden de prelación de la bolsa de candidatos en reserva a la que pertenece».

DERECHOS TORCIDOS

A pesar de la negativa, Tibiabín decidió no quedarse con los brazos cruzados. «Consulté al Instituto de la mujer y a la Plataforma ‘Iguálate’. Desde ‘Iguálate me llamó una abogada y me dijo que al no haber un contrato laboral entre las partes, no puedo exigir el puesto de trabajo pero si puedo demandarlos por daños y prejucios», afirma.

Actualmente existe un amplio marco legislativo que ampara a la mujer en caso de sentir cualquier tipo de discriminación e incluso el Ejecutivo prepara actualmente una nueva ley destinada a reforzar sus derechos: Ley Integral para la Igualdad de Trato y la no Discriminación. «Es fuerte que el Consejo de Ministros apruebe leyes cuando son sus propios entes lo que comenten discriminación», declara.

Tibiabín considera que con su caso se están incumpliendo dos normativas. La primera la dicta la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres que reconoce una “discriminación directa por razón de sexo todo trato desfavorable a las mujeres relacionado con el embarazo o la maternidad”.

«ME HA PUESTO PEGAS UN ENTE PÚBLICO»

La segunda normativa la emite la misma empresa que le ha negado la posibilidad de trabajar, el Convenio Colectivo de Aena, que en el punto 9 del artículo 35 explicita que «en ningún caso tendrán consideración de capacidad disminuida las situaciones derivadas de riesgo en el embarazo y lactancia».

‘En ningún caso’, declara el marco regulatorio de Aena. ¿Sirve de algo el respaldo legislativo para la igualdad entre hombres y mujeres?, ¿protegen los convenios colectivos de las empresas a una mujer que decide ser madre?. Éstas y otras preguntas han rondado en la cabeza de Tibiabín en la últimas semanas. «Puede que no», es su respuesta, pero considero que contadice el convenio colectivo y entiendo que el cumplimiento de esas leyes en el sector privado está muy difícil pero a mi me ha puesto pegas un ente público dependiente del Ministerio de Fomento», añade.

Sin embargo, un ente de otro Ministerio español sí da la razón a Tibiabín. Se trata del Instituto de la Mujer, órgano dependiente directamente del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad que ha contestado a sus demandas informándole de la existencia de algunas sentencias del Tribunal Constitucional que podrían equipararse a su caso, como por ejemplo la STC 173/1994 de 7 de junio en la que dicho organismo considera que no sólo se produce una discriminación laboral por embarazo cuando hay un contrato entre las partes sino también «cuando no se produce a consecuencia del hecho del embarazo sobrevenido de la mujer».

«Considero que la mía es una situación aconstitucional. No pensé que esa discriminación fuera real y todas las consecuencias que conlleva» reflexiona Tibiabín sobre su caso. Tras el asesoramiento que ha recibido ahora estudiará las diferentes vías de las que dispone y espera que se haga lo justo con ella.

«No podemos dejar el trato de la mujer en manos de empresarios a los que no les va a convenir mujeres embarazadas y evidentemente tienen que haber mujeres embarazadas para que la sociedad avance, mujeres que trabajan haciendo un bien para su familia y para la sociedad», concluye.

http://www.elreferente.es/actualidad/cuando-mujer-embarazada-y-trabajo-discrepan–13637

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