La brecha salarial se agranda


La diferencia salarial entre hombres y mujeres sigue siendo un hecho significativo en toda la Unión Europea (UE). El próximo mes de marzo se cumplirán 101 años del accidente sufrido por 140 jóvenes trabajadoras, la mayoría inmigrantes, que murieron en el trágico incendio de la fábrica Triangle en la ciudad de Nueva York. Este suceso tuvo grandes repercusiones en la legislación laboral de los Estados Unidos al precipitar importantes cambios en sus normas y acentuar las celebraciones posteriores del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Desde entonces se hace referencia a las condiciones laborales que condujeron al desastre. Un siglo después, en el Viejo Continente, incluso cuando se equiparan factores como la formación, jornada laboral, experiencia o el tipo de empleo realizado, las diferencias salariales quedan sin justificar y la realidad indica que las mujeres ganan un 17% menos que los hombres por término medio. En el caso de España se dispara hasta el 28 % y en la Comunitat Valenciana, al 37 %.

¿Dónde y por qué se producen las diferencias salariales? Un estudio del Instituto Flores de Lemus de Estudios Avanzados en Economía de la Universidad Carlos III de Madrid, coordinado por el profesor Juan José Dolado, resalta que «la empresa no invierte en la mujer con baja preparación porque presupone que no va a permanecer mucho tiempo en el puesto de trabajo». En ese sentido, si en las economías más avanzadas de Europa, las mayores diferencias salariales por cuestión de género se producen en los empleos de alta cualificación, en España las mujeres reciben salarios más bajos que los hombres no sólo en los niveles altos sino también en los empleos que requieren menor cualificación.

Así lo constatan los datos de estructura salarial realizados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En el caso concreto de la Comunitat Valenciana, el salario medio de las mujeres tendría que incrementarse un tercio para equipararse al de los varones, lo que supondría trabajar 116 días más al año para que su nómina se equipare a la de un hombre. La población asalariada valenciana, según la última encuesta del INE, ascendía a algo más de 1.670.000 personas, donde un 46 % son mujeres. La ganancia media de estas era de 17.427 euros y la de los hombres, de 22.952 euros; es decir un 32 % inferior. Además, llama la atención que sólo el 46 % de las féminas tenían contratos indefinidos, mientras que el porcentaje se elevaba al 54 % entre los varones.

En busca de estabilidad

Según refleja un informe del gabinete técnico de CC OO-PV, ante esta situación se aprecia que la contratación indefinida es la que alberga la mayor brecha salarial. «Esto es posible explicarlo —según Comisiones Obreras— al tener los hombres más estabilidad en el empleo, lo que permite una carrera profesional más larga, aspirar por tanto a ascensos y, en consecuencia, mejores salarios». Sin embargo, las mujeres interrumpen, por motivos familiares, su presencia en el mercado de trabajo y no pueden beneficiarse de las mejoras salariales ligadas a la consolidación de su carrera profesional.

Otra causa que explica esa brecha salarial tiene que ver con la mayor presencia de las mujeres en el trabajo a tiempo parcial (24 % frente al 5 % de los hombres). Estos puestos se concentran normalmente en sectores y ocupaciones donde las remuneraciones son más bajas y las oportunidades de carrera profesional, también más limitadas. Respecto a los motivos alegados por las mujeres para ocupar un puesto a tiempo parcial destacan tres: no poder encontrar trabajo a tiempo completo, cuidado de los niños, adultos, enfermos, incapacitados o mayores y, en tercer lugar, tener obligaciones familiares o personales.

Estas explicaciones contratan con las que justifican los hombres para ocupar un puesto a tiempo parcial. El primero, obviamente, coincide con el de las mujeres, pero llama la atención que existen «otros motivos» no especificados y tener que seguir «cursos de enseñanza o formación profesional» para mejorar su cualificación.

La discriminación no tiene edad

La discriminación salarial también afecta a todas las edades. Mientras que en las comprendidas entre 18 y 25 años la diferencia es de 1.354 euros al año, en el tramo de 36 a 45 años se eleva a 8.185, pasando en el segmento de 56 a 65 años, a 12.086. Y si comparamos las retribuciones al final de la vida laboral, cuando las personas llegan a más 65 años de edad y próximas ya a la edad de jubilación —tras la última reforma se prolonga a los 67 años— la brecha salarial se dispara hasta casi hasta los 21.000 euros. La citada central sindical lamenta que «el mercado laboral no corrija esas desigualdades sino mas bien al contrario, las fomenta, ya que en los últimos años de la vida las mujeres están peor remuneradas». Por otro lado, si se analizan las diferencias en los segmentos de población próximos al salario mínimo interprofesional (SMI), es decir entre las nóminas más bajas, también en esos tramos existen claras diferencias entre ambos sexos.

El impacto de la reforma laboral

Los profundos cambios en el mercado de trabajo decretados recientemente por el Gobierno de Mariano Rajoy —que se centran sobre todo en el abaratamiento del despido— también tendrán consecuencias directas sobre el futuro de las mujeres en el mundo laboral. Según un informe realizado esta pasada semana por la secretaría de de Igualdad del PSOE, «con esta reforma laboral que se plantea se abre el despido en el sector público y en los servicios básicos trabajan fundamentalmente las mujeres, sobre todo en actividades del ámbito educativo o sanitario. El estudio destaca que si un empresario puede decidir el cambio de turnos o de jornada en virtud de criterios económicos, este olvida las necesidades de conciliación de la vida laboral y familiar. Para corregir estos abusos los expertos en el mercado de trabajo abogan por introducir políticas de conciliación de la vida del trabajo con la del hogar con una contratación menos precaria y con subvenciones para permitir la reducción de carga de trabajo doméstica. Desde los sindicatos también se advierte del hecho de que las mujeres con menos salario tendrán menos cotización para sus futuras pensiones. Así las cosas, la brecha salarial persigue a las mujeres durante toda su vida, incluso cuando se pasa de la vida laboral activa a la pasiva .

http://www.levante-emv.com/economia/2012/03/04/brecha-salarial-agranda/886709.html

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