La última batalla de Félix


Una sentencia del Tribunal Supremo condena a Navantia y Astilleros Españoles a pagar más de 226.000 euros a la familia de un extrabajador de una empresa auxiliar del sector naval afectado por el amianto

La última batalla que ha ganado Félix Ruiz Guillén, extrabajador de una empresa auxiliar del sector naval que trabajaba en Cádiz para Astilleros Españoles, ha tenido que ganarla después de muerto. Félix Ruiz era uno de los muchos trabajadores del sector naval que durante años estuvo expuesto a los efectos del amianto, en su caso concreto entre los años 1976 y 1983. Félix fue víctima de un mesotelioma sarcomatoide, un cáncer que se forma en los pulmones debido a la inhalación de amianto en polvo y falleció en enero de 2008 tras haber estado inmerso en una larga lucha para conseguir la incapacidad laboral permanente que finalmente se le concedió. Una vez fallecido su mujer y sus tres hijos decidieron seguir adelante con la demanda para reclamar una indemnización, por considerar que la empresa no adoptó las medidas preventivas necesarias para evitar que la enfermedad se desencadenara.

En un primer momento el Juzgado de lo Social número 3 de Cádiz desestimó la demanda, aunque la familia recurrió ante la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que en octubre de 2010 estimó el recurso y fijó la indemnización en unos 180.000 euros. Según esta sentencia, era la empresa la que debía acreditar que había cumplido con las medidas de seguridad exigibles. Esta sentencia del TSJA fue recurrida en casación ante el Tribunal Supremo por Navantia y Astilleros Españoles, que pedían la unificación de doctrina con otros fallos por casos similares, en concreto con otra sentencia del TSJA dictada en 2001 en la que se señalaba que en los años 70 no existía un reglamento específico sobre el uso del amianto en la industria naval.

El Tribunal Supremo, sin embargo, desmonta ahora los argumentos de Navantia y Astilleros y recuerda que desde los años 40 han estado vigentes una serie de normativas en relación a las actividades laborales con sustancias peligrosas, entre ellas el amianto.

Según se recoge en la sentencia del Alto Tribunal, que además sienta jurisprudencia, «queda claro que la exposición del trabajador al amianto fue lo que desencadenó la enfermedad profesional que terminó con su vida». También se indica, entre otras cosas y haciendo alusión a otra sentencia previa del mismo tribunal de enero de este mismo año en materia de responsabilidad empresarial, que «la conducta omisiva de la empresa supuso una elevación o incremento del riesgo de daño», hablando de una «relación causal» y añadiendo que «la propia existencia de un daño pudiera implicar el fracaso de la acción preventiva a la que el empresario está obligado».

Según la sentencia del Tribunal Supremo, que ya es firme, «el empresario como deudor de seguridad en el contrato de trabajo tenía que haber acreditado que cumplió con las medidas de seguridad que implican una diligencia exigible, para evitar el daño que finalmente se produjo». En este caso, sin embargo, y tal y como se recoge también en la sentencia, Navantia y Astilleros Españloes «no han acreditado el cumplimiento de unas mínimas medidas de seguridad en relación con el trabajador», ni siquiera de las medidas de prevención que eran exigibles en los años en los que el trabajador fallecido estuvo prestando servicios en contacto con el amianto.

El fallo del Tribunal Supremo fija una indeminzación de más de 226.000 para la familia y condena además a Navantia y Astilleros Españoles al pago de las costas del proceso judicial.

El abogado que ha llevado el caso es el gaditano Miguel Segado, quien ya llevara previamente el proceso de Félix Ruiz para la obtención de la incapacidad laboral permanente.

Miguel Segado destaca de la sentencia que es la primera que dicta el Tribunal Supremo en toda España, ya firme, en la que se condena a Navantia a indemnizar a alguien con daños y perjuicios por el incumplimiento de las medidas de seguridad por la exposición al amianto, y también que es la primera sentencia en esta materia que extiende la responsabilidad de Navantia y Astilleros Españoles a los trabajadores de las empresa auxiliares, como era el caso de Félix. El abogado cree además que puede haber muchos extrabajadores del sector naval en la Bahía que podrán beneficiarse de que esta sentencia crea jurisprudencia, ya que como dice «se desmonta la tesis defendida por Astilleros de que en esos años (los 70 y 80) no había normativa al respecto».

El abogado estima que en la Bahía puede haber unos 600 ó 700 extrabajadores afectados por el amianto, aunque como recuerda es una enfermedad latente que en algunos casos puede no haber dado la cara aún. Entre los años 60 y 80 unos 10.000 trabajadores en toda la Bahía estuvieron expuestos a los efectos de este metal.

La familia Ruiz ha querido agradecer el apoyo del abogado, así como la labor desempeñada por los profesionales del hospital Puerta del Mar de Cádiz, donde fue atendido Félix hasta su fallecimiento, víctima del cáncer.

http://www.diariodecadiz.es/article/provincia/1230848/la/ultima/batalla/felix.html

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