De «ERE encubierto» han calificado los dirigentes de UGT la política de despidos por la que han perdido su puesto de trabajo 13 empleados –37 desde enero pasado– de la empresa de telemárketing radicada en Badajoz Global Sales Solutions (GSS). Estos 13, los más recientes, lo fueron en calidad de «despido colectivo por falta muy grave y bajada voluntaria del rendimiento de trabajo» y como procedentes, mientras que los 24 anteriores lo fueron como improcedentes. Así lo manifestaron ayer Rafael Cañete, vicesecretario de la Federación de Servicios de UGT, y Toni Mulero, presidenta del comité de empresa y secretaria de la sección sindical de GSS.

Cañete explicó que la empresa mantiene «una práctica de despidos continuados» que ha culminado con la extinción de contrato a estos 13 empleados, la mayoría fijos y con antigüedad de entre dos y cuatro años.

Según Mulero, la empresa «pretende que los trabajadores se vayan en silencio, con una mano atrás y otra delante». Y sustituirlos «por otros acogiéndose a bonificaciones de la nueva reforma laboral», añadió Cañete. Este diario intentó comunicar con la empresa para conocer su versión de los hechos, sin que fuera posible dado que respondieron a las llamadas.

Mulero y Cañete explicaron que GSS justifica estos despidos como «disciplinarios por baja productividad», aunque los que trabajan para una campaña de Orange, 12 de ellos –el otro es para la Mutua Madrileña–, lo hacen «a través de un sistema informático de llamadas».

Con este sistema, los trabajadores tienen que vender una portabilidad, «por lo que no cabe baja productividad; obviamente, no tienen la responsabilidad de que la venta se produzca o no, porque eso depende de la persona que recibe la llamada», dijo Cañete.

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