El juicio por el despido de un trabajador de la ITV de Bueu y delegado sindical de la CIG quedó ayer visto para sentencia en la Audiencia de Pontevedra, donde un centenar de personas se concentraron antes de la sesión como muestra de apoyo. La empresa concesionaria del servicio decidió despedir a Antonio Rosales después de las negociaciones para aprobar el convenio colectivo y en las que el enlace de la CIG utilizó sus horas sindicales para informar y mantener reuniones con los trabajadores de las estaciones de toda Galicia sobre este asunto. El afectado pide la nulidad del despido, lo que implicaría la readmisión automática en su puesto, y su defensa avanzó su intención de denunciar a la compañía, SyC, por «intromisión sindical».
Durante la vista de ayer quedó acreditado que el trabajador utilizó esas horas para labores realmente vinculadas a la representación sindical y la discrepancia se centra en si tenía derecho a ellas o no. Antes de llegar al juicio se celebró un acto de conciliación en el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (Smac) y que terminó sin acuerdo. «A empresa ofrecíame cartos, pero eu o que quero é a readmisión e non houbo negociación», explica Rosales. El delegado sindical defiende que la Ley Orgánica de Libertad Sindical le asiste y cree que desde la empresa «sólo buscaban un motivo para largarme porque son unha persoa comprometida e reivindicativa».
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