Una juez dictamina que los despidos en el Juvenal fueron por venganza


Los despidos de cinco monitoras del comedor del Colegio Juvenal de Vega a comienzos de este mismo año fueron resultado de un acto venganza por parte de la empresa que gestiona el servicio (Eurest Colectividades S.L.), según el Juzgado de lo Social 3 de Huelva -en el que recayó la demanda de las afectadas-, que declara la nulidad del despido y ordena la inmediata readmisión de las trabajadoras en idénticas condicionales laborales a las que tenían hasta enero de 2011.

La empresa consideró que sus empleadas «habían hablado demasiado» del catering con los padres y madres de los niños que asistían al comedor y que, en consecuencia, tenía que ponerlas de patitas en la calle. Cuatro meses después, el Social 3 viene a enmendarle la plana, condenándola no sólo a la readmisión sino también a abonar a las monitoras los salarios que han dejado de percibir en estos meses. «Ha quedado demostrado -afirma la juez en la sentencia- que la decisión empresarial constituyó una forma de retorsión y respondió, en realidad y únicamente, a un propósito vindicativo».

El detonante del despido en bloque de estas cinco mujeres fue precisamente unas conversaciones con los padres de los escolares sobre los menús que se servían en el comedor y sobre la calidad de los mismos.

Meses después de que la demandada resultara adjudicataria del servicio en el Juvenal de Vega, tras hacerse con el concurso que sacó la Consejería de Educación de la Junta andaluz para la gestión del comedor, la Asociación de Padres y Madres del centro, remitió un escrito a la empresa en el que detallaba sus quejas «por los problemas que están ocasionando los menús». La AMPA señalaba además que al personal del comedor se le había solicitado información sobre la comida sin obtener respuesta, y tampoco se les había facilitado el libro de reclamaciones, remitiendo a la web de la empresa a la que no todas las familias podían acceder. Antes estas lagunas, reclamaron por escrito estas informaciones.

En la sentencia, se destaca el testimonio de la supervisora, que declaró en el juicio a petición de la demandada, que «no dudó en situar el detonante y origen del despido precisamente en la información facilitada por las trabajadoras a los padres sobre lo que sus hijos habían comido o dejado de comer, y en la exteriorización de ciertas opiniones sobre la calidad de los menús servicios, todo ello -apunta- en el contexto de un descontento general de los usuarios». En aquellos días se sucedieron las quejas y se produjeron numerosas bajas en el comedor.

Después de aquellas conversaciones, las monitoras recibieron (19 de enero de 2011) una comunicación escrita de su despido, en la que hacía referencia a «la situación de conflicto generada y a la multitud de quejas recibidas, que han derivado en un perjuicio notorio para nuestra empresa», al tiempo que les anunciaba el despido reconociendo en el mismo documento la improcedencia del mismo. El juzgado considera que, cuando las trabajadoras informaron a los padres sobre la comida y exteriorizaron su opinión sobre la calidad de los menús, esta actuación «constituiría un ejercicio del derecho de crítica en el que también remarca- quedaba afectada o comprometida la dignidad de las trabajadoras». La juez agrega que la empresa no ha aportado, por su parte, «prueba acreditativa de que la información facilitada fuera falaz o tendenciosa».

La sentencia es recurrible ante la sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

http://www.huelvainformacion.es/article/huelva/994459/una/juez/dictamina/los/despidos/juvenal/fueron/por/venganza.html

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