Alrededor de la mitad de la plantilla de Atento-Toledo está secundado las tres jornadas de huelga convocadas durante el pasado fin de semana y hoy lunes en todos los centros de trabajo de Atento en España para reclamar el fin del terror laboral en la mayor compañía de contac center del país.
Aunque a nivel nacional las huelgas han sido convocadas por CCOO, UGT y USO, en Toledo cuentan con el respaldo de todos los sindicatos representados en el comité de empresa (CCOO, CSIF, STAS; STC, UGT, USO e Independiente)
CCOO destaca el impacto de los paros en Toledo, “pese a las presiones explícitas e implícitas de la empresa, muy bien guarnecida con una tasa de paro superior al 20% y con la reforma laboral del PP”.
El sindicato agradece “muy encarecidamente a todos y todas las huelguistas la determinación de secundar los paros, pese a ser conscientes de que a la empresa no se le escapa un detalle y pese a que, en la mayoría de los casos, las familias de las trabajadoras y los trabajadores de Atento-Toledo dependen exclusivamente de sus salarios”
“Atento debe rectificar; nuestra empresa no puede mantener de forma indefinida un modelo de relaciones laborales basado en la precariedad, la presión, la explotación y la sanción”, señala Araceli González, de la sección sindical de CCOO en Atento-Toledo.
En Toledo, el centro de trabajo de Atento prestaba servicio íntegramente a MoviStar, pero “se incorporaron nuevo servicios de atención al cliente, de forma que los mismos trabajadores tenemos que asumir una nueva carga de trabajo, lo que unido a la obsesión de la empresa por vender a los clientes productos y servicios a toda costa, ha provocado una presión asfixiante”, denuncia el comité de empresa.
En Atento-Toledo, más de la mitad de la plantilla tiene contrato por obra o servicio, en gran parte de los casos desde hace 11 años, cuando Atento se instaló en nuestra ciudad.
Pero a la sobrecarga de trabajo y a la fraudulenta política de contratación se añaden la imposición de objetivos “desorbitados, e inalcanzables” -cuya consecución no se premia pero cuyo incumplimiento provoca sanciones-; la exigencia a los trabajadores de asumir tareas propias de categorías superiores; el no reconocimiento –pero, una vez más, sí exigencia- de la prolongación de la jornada laboral; y un régimen disciplinario que permite a la empresa multiplicar las presiones y las sanciones, e incluso despedir a trabajadores.
El cúmulo de abusos patronales llevó al comité de empresa de Atento-Toledo a presentar denuncia ante la Inspección de Trabajo. Hoy mismo, se han registrado dos nuevas bajas por estrés en la plantilla de Toledo; pese a lo cual la empresa hace caso omiso de los informes sobre los riesgo psicosociales a los que su política laboral expone todos los días a sus trabajadores.
“La situación en Toledo es pésima, pero Toledo no es un caso aislado, todos los centros de trabajo de Atento sufren lo mismos problemas. Nuestra empresa no puede pretender fundamentar su negocio en los abusos, las sanciones, la explotación laboral y el fraude en la contratación”; recalca González. “Ya es hora de que Atento se siente a escuchar a los representantes de los trabajadores y de que rectifique a fondo su política laboral, la situación es insostenible”.
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