La Inspección de Trabajo hizo aflorar el pasado año en Castilla y León un total de 4.123 empleos sumergidos, cifra ligeramente inferior a la del año 2010, cuando fueron 4.186, pero que supone un incremento del 85,2 por ciento en comparación con los pocos más de dos mil casos que se producían antes de la crisis.
Por provincias, Valladolid se situó a la cabeza con 888 casos de empleados que no estaban cotizando a la Seguridad Social, por delante de León (827), Burgos (664) y Segovia (371). En el lado contrario se situó Soria, donde sólo afloraron 107 casos, y Ávila, con 237.
En Salamanca se registraron 368, nueve más que en Palencia, mientras que en Zamora se contabilizaron 302 casos.
En total, la Inspección de Trabajo abrió el pasado año en la Región más de 6.100 expedientes que acabaron con sanciones por valor de 12,5 millones, afectando a 24.371 trabajadores.
Estas cifras contrastan con las del año 2008, cuando las multas impuestas ascendieron a 14,3 millones de euros y los trabajadores afectados por infracciones alcanzaron los 30.203.
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