El Juzgado de lo Social número 2 de Pamplona ha declarado improcedente el alta médica que dio una mutua a un trabajador, y por tanto, le condena a abonarle el correspondiente subsidio desde el 9 de julio, día que recibió el alta, hasta el 1 de septiembre de 2010. El fallo es recurrible.
La sentencia considera probado que el trabajador se fracturó el calcáneo, un hueso del pie, por un accidente laboral ocurrido el 22 de septiembre de 2009 cuando se cayó al suelo mientras preparaba unos bloques de farolas.
Durante su baja, la mutua se puso en contacto con el operario para proponerle seguir el tratamiento en una clínica de San Sebastián. En un momento dado, uno de los facultativos del centro hospitalario le citó para infiltrarle. Sin embargo, el trabajador se negó. La sentencia explica que el empleado alegó que si le infiltraban en San Sebastián no tenía medio de regresar a Pamplona y propuso que se le realizara dicha infiltración en Pamplona o se le facilitase un medio de regreso desde San Sebastián.
Como el trabajador no acudió a la cita en San Sebastián, la mutua le dio el alta médica el 8 de julio de 2010 «por incomparecencia a la cita médica».
La sentencia recoge que la inasistencia del trabajador a la cita médica en San Sebastián estaba justificada ya que «no consta que la mutua contestara al demandante informándole sobre su propuesta o reparos».
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