Despedido por pedir que no se fumara en su empresa


Un trabajador afirma haber sido despedido tras denunciar a su empresa por incumplir la Ley Antitabaco, al permitir fumar a varios empleados en sus oficinas, a pesar de sus reiteradas quejas. El despido, que tuvo lugar el pasado marzo con carácter procedente por «causas económicas» se encuentra recurrido en los tribunales, al entender el empleado que se trata de «una represalia» por haber denunciado a la empresa.

D.B.C, quien trabajó durante 14 años como oficial administrativo para la sidero-metalúrgica I.E.G.S.A., con sede en Barcelona, afirma haber solicitado a la dirección de la compañía que protegiera «sus derechos e impidiera a otros compañeros fumar en el centro de trabajo». Sin embargo y según su versión, sus quejas no sólo no fueron atendidas, por lo que, el pasado diciembre, decidió presentar denuncia ante la Agència de Salut Pública de Barcelona.

«Me echaban el humo en la cara a modo de mofa», afirma

Según el relato del denunciante, en un primer momento intentó solucionar el problema directamente con sus compañeros de trabajo, advirtiéndoles de que estaban infringiendo la ley y que debían dejar de fumar en sus puestos de trabajo a riesgo de ser sancionados.

«Les expliqué mis motivos personales para no querer inhalar su humo [su padre falleció en 2009 de infarto de miocardio y su madre sufrió un cáncer de mama]. Pero su respuesta fue ciertamente desagradable. No solo continuaron fumando durante los meses siguientes, sino que, además, comenzaron a hacerlo justo delante de mí, e incluso echándome el humo en la cara a modo de mofa».
«Sólo fuman dos» como respuesta

Tras meses de avisos a sus compañeros, D.B.C. explica que acudió a la dirección de la empresa, a la que expuso la situación a través de correos electrónicos, escritos y conversaciones. Según afirma, la empresa le respondió que «el perjuicio que recibía por inhalar el humo de sus compañeros era escaso, pues solo fumaban dos trabajadores».

«Llegaron a prohibirme que comiera en la oficina alegando que ‘si no se fuma, tampoco se come'»

Ante esta situación, decidió iniciar acciones legales, de las que advirtió a la dirección por correo electrónico, y denunció a la empresa ante las autoridades sanitarias, aportando como pruebas grabaciones en vídeo realizadas en las oficinas, en las que se ve a varias personas fumando. «Sabía que denunciar a la empresa podía ser arriesgado, pero permitir que se vulnerasen abiertamente mis derechos como trabajador por miedo a las posibles represalias, me lo parecía aún más», explica D. B. C.

Así, el pasado marzo, la empresa recibía una notificación sobre la denuncia, anónima, interpuesta por parte de uno de sus trabajadores por incumplimiento de la Ley Antitabaco. Según el relato de D.B.C., «a partir de este momento, se intensificó el calvario». «Averiguar qué miembro de la plantilla les había denunciado resultó muy sencillo para ellos. Primero me retiraron, sin explicación, las llaves de la empresa que usaba diariamente desde hacía 14 años. A continuación redujeron mi jornada laboral, sin notificación escrita ni argumentos, y disminuyeron mi salario».

«Llegaron a prohibirme que comiera en la oficina como el resto de mis compañeros alegando que ‘si no se fuma, tampoco se come’. Al interesarme sobre si esta nueva norma era extensible al resto de trabajadores, me contestaron: ‘De momento tú no comas'», relata el denunciante, quien dos semanas después fue despedido, alegando causas económicas.
La empresa desvincula el despido de la denuncia

«Si ahora mismo entras en la empresa, no se fuma. Eso no quiere decir que puntualmente alguien pueda encenderse un cigarro», afirma el gerente

Tras ser contactado por ELMUNDO.es, el gerente de la IEG, Enrique Galán, admite haber recibido las quejas del empleado, pero asegura que «nunca» vio fumar a nadie en las instalaciones y desvincula el despido de estos hechos. «Se debe exclusivamente a causas económicas, dado que la situación de la empresa es dramática y «cercana al concurso de acreedores», afirma. Además, aduce que en el último año se han producido «cuatro o cinco despidos y jubilaciones» por los mismos motivos. «Como empresa estamos casi al límite», asegura.

«Si ahora mismo entras en la empresa, no se fuma. Eso no quiere decir que puntualmente alguien pueda encenderse un cigarro. También puede ser que alguna vez desaparezca algo. Desde luego, todo el mundo está avisado de que no se puede fumar».

Nofumadores.org, asociación a la que pertenece D.B.C., reclama «una sanción ejemplar» para la empresa y para los empleados «causantes del acoso al denunciante». La cita en los juzgados es el próximo 14 de mayo.

http://www.elmundo.es/elmundo/2012/04/27/espana/1335536767.html

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