«El 80% de las madres tiene problemas en su trabajo»


Margarita Delgado (Sotiello de Lena, 1946), doctora en Sociología, se preguntó ayer si existen contradicciones en la sociedad española entre fecundidad y empleo femenino. Esa fue la ponencia que sirvió como excusa a la investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas para analizar la situación de la mujer en el ámbito laboral y cómo influye la maternidad, un análisis enmarcado en el ciclo 'Demografía y políticas demográficas para una nueva década' organizado por el Instituto Asturiano de Estadística y por el Departamento de Sociología de la Universidad de Oviedo. Como soluciones, propone fomentar el apoyo directo a la maternidad, con guarderías subvencionadas, por ejemplo, y medidas que logren rebajar la edad a la que se forman las parejas, como favorecer el acceso a la vivienda. -¿Cuáles son esas contradicciones? -Que los países desarrollados han aumentado su nivel educativo y las mujeres han incrementado su participación en el mercado de trabajo y esas son dos variables inversamente relacionadas con la fecundidad. Es decir: a mayor nivel educativo, menos fecundidad. Y, a mayor participación en el mercado de trabajo, también menos fecundidad. Pero el nivel educativo actúa también de forma indirecta, porque las mujeres con mayor nivel educativo también son las que más participan en el mercado de trabajo. -¿Resultado? -La contradicción es que estas mujeres tienen un calendario de la maternidad muchísimo más retrasado. Tienen los hijos más tarde y acaban teniendo un promedio de hijos más bajo que el resto. Principalmente, que aquellas que son amas de casa o que las que tienen menor nivel educativo, dos cuestiones que suelen ir relacionadas. -Lo cierto es que los niveles de fecundidad han caído en picado. -Estamos en un 1,39 hijos por mujer. Y Asturias es la comunidad con el índice más bajo, con 1,08. Además, ha sido así desde los años 70 hasta ahora y no cabe prever un repunte de la fecundidad a menos que se incrementen las medidas necesarias para contrarrestar esos factores que, a partir de un cierto umbral de fecundidad a la baja, pueden tornarse en efectos perversos para la sociedad. -¿Qué nos pasa? -Por una parte, somos uno de los países de la OCDE que dedica menos porcentaje de su PIB a familia e hijos. Nuestras políticas son menos generosas que en otros países, como Francia o los nórdicos. Y, por otra parte, en España, como en Italia, aunque las mujeres han alcanzado cierta igualdad en la esfera de lo público, no se ha producido una transformación en el ámbito familiar. El reparto equitativo de las tareas domésticas no existe. La revolución de compartirlas está pendiente y la conciliación todavía es ciencia-ficción. Llevamos años de desfase en ese tipo de políticas respecto a otros países. Incluso alguna década. -¿Y la consecuencia? -Que, en tanto en cuanto tienen que hacerse responsables en mayor medida que sus parejas varones, de algún sitio tienen que detraer el tiempo. Un dato muy revelador: entre las mujeres nacidas entre 1931 y 1940 que trabajaban y tenían un hijo, el 31% había tenido problemas en el trabajo a consecuencia de la maternidad. Eso se va incrementado en las cohortes sucesivas y, entre las nacidas entre 1971 y 1985, ese porcentaje llega al 80%. Las mujeres jóvenes tienen el mismo porcentaje de problemas con un hijo que tenían las cohortes más antiguas con tres. En eso, no hemos avanzado nada y esos problemas provocan que se conformen con tener un solo hijo. Esa maternidad pospuesta conlleva muchos problemas porque, a veces, se convierte en infecundidad involuntaria. Está demostrado que, a partir de una edad, la capacidad fértil disminuye. Y, de hecho, vemos cómo se están incrementando las técnicas de reproducción asistida. -¿De quién es la responsabilidad? -El equilibrio social es algo que nos atañe a todos y hay tres actores que deben tratar de paliar los efectos de la baja fecundidad: Los poderes públicos, con políticas más generosas, los empleadores, con la no discriminación por el hecho de ser mujer y la eliminación de estereotipos como que las mujeres con hijos están menos comprometidas con su empleo, algo cierto, y las familias, con esa revolución doméstica que no hemos hecho. -Y, en paralelo, los embarazos adolescentes aumentan. -Sí, aumentan. Pero, desde luego, lo que está aumentando muchísimo es la proporción que finaliza en aborto. -¿Qué le parece la nueva ley? -Llama mucho la atención que se esté utilizando tanto el recurso al aborto. Principalmente, entre las jóvenes. Lo que hay que hacer es dar información y formación. Porque lo mejor es que un embarazo no deseado no se produzca y que las medidas sean previas. Estamos fallando en prevención entre las jóvenes. Hemos avanzado, pero queda mucho camino por recorrer. -¿Cómo influye la libre dispensación de la píldora del día D? -Parece que se han reducido algo los abortos entre las jóvenes, pero hay que ser cautos porque un año es muy poco tiempo. http://www.elcomerciodigital.com/v/20110401/asturias/madres-tiene-problemas-trabajo-20110401.html

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