Los trabajadores de la plantilla de Ametel, una empresa andaluza dedicada al montaje eléctrico y telefónico y subcontratada por Endesa, han decidido comenzar una huelga indefinida a partir del próximo lunes.

La CNT ha denunciado que Ametel «parece más un cortijo que una empresa moderna», ya que «no se respeta el convenio colectivo ni se permite la comunicación escrita, todo ha de ser de palabra». Además, asegura que los trabajadores que han protestado han sido «amenazados, despedidos o sancionados severamente con cualquier excusa».

La situación que se ha convertido en «la gota que colma el vaso» es el envío a Ceuta de un grupo de trabajadores. El sindicato considera que el convenio provincial del sector del metal «estipula claramente que a los trabajadores desplazados les corresponde una dieta doble para cubrir sus gastos», pero que la empresa no está cumpliéndolo y «algunos compañeros se están viendo obligados a dormir en el coche o en la calle, como indigentes» ya que no pueden hacer frente a los requisitos del alquiler, como abonar un mes por anticipados o dos mensualidades en concepto de fianza.

Ante esta situación, más del 80% de la plantilla ha decidido afiliarse a la sección sindical de la CNT para «hacer frente a la empresa y tratar de negociar un convenio extraestatutario que ponga fin a estas injusticias». El colectivo afirma que la respuesta de Ametel ha sido «la esperada, amenazas y más amenazas».

Por tanto, informa que a los trabajadores «no les ha quedado más remedio» que convocar una huelga de carácter indefinido, que comenzará pasado mañana. Explica que la empresa ha sido notificada y que les han enviado una tabla reivindicativa con las cuestiones que desean tratar.

Además, desde la CNT se solicita a Endesa «su mediación para alcanzar una solución en el conflicto» y se deja clara «la voluntad de los trabajadores para negociar» y así explican que se lo han hecho saber a Ametel «en numerosas ocasiones», pero que si no hay ningún acercamiento antes de la fecha prevista, «la huelga será irremediable», aunque se muestran convencidos de que «afectará gravemente a sus propios bolsillos, a Endesa, a Ametel y a los ciudadanos que consumen energía eléctrica». Por tanto, esperan «que impere el sentido común y que todos los implicados pongan de su parte para evitarla».

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