El hotel-talasoterapia se halla en estos momentos cerrado. El 28 de marzo echó el cierre tras despedir a la veintena de trabajadores que formaban la plantilla. Únicamente las coloridas cuartillas y las pegatinas recuerdan la lucha emprendida por los trabajadores del centro en defensa de sus puestos de empleo. Una lucha que proseguirá en los tribunales.
Las protestas de los trabajadores comenzaron en febrero, tras la decisión de la dirección de despedir a cuatro trabajadores. Ya el verano anterior fueron despedidos otros nueve trabajadores. No conformes con la decisión, los trabajadores convocaron una huelga para los fines de semana de febrero, que se extendió a marzo. La respuesta de la dirección fue primero la del cierre patronal para los fines de semana de febrero, a lo que siguió el despido de toda la plantilla, que se hizo efectiva el 28 de marzo.
Desde el sindicato ELA se ve esta decisión como una de las primeras muestras de la adopción de la reforma laboral, que entró en vigor el 11 de febrero, según la cual «la empresa no requiere de autorización administrativa para la aprobación de los expedientes de regulación de empleo. Valiéndose de esa nueva legislación, la empresa pasó de plantear tres despidos a presentar un ERE de extinción para la totalidad de la plantilla».
Añaden desde el sindicato que en las negociaciones del ERE, la empresa reconoció «que la extinción de todos los contratos no es una medida necesaria. Sin embargo ha persistido en sus planteamientos». Este hecho deja patente, según ELA, que el ERE «no está fundamentado en razones objetivas, sino que se trata de una medida contra el derecho fundamental de huelga del que se ha valido la plantilla para defender su derecho al trabajo».
La decisión de despido colectivo ha sido impugnada judicialmente por ELA, con varias demandas contra el cierre patronal y el despido colectivo. Asimismo, se solicitará al Ayuntamiento para que intermedie en la resolución del conflicto y apoye la reivindicación laboral a través de un acuerdo plenario.
Hoy en día, la veintena de trabajadores se hallan en situación de desempleo. «En esta nueva fase la exigencia pasa a ser la de que los trabajadores sean subrogados en la nueva empresa respetando sus anteriores condiciones».
Para ELA lo ocurrido en el hotel Zelai es un «ejemplo claro del poder ilimitado que la reforma da a los empresarios, que pueden llegar a cerrar sus negocios injustificadamente con un doble objetivo: abrirlo con menor plantilla y con peores condiciones laborales». Ante ello consideran que las instituciones públicas «no pueden mirar a otro lado y deben erigirse en garantes del empleo y de unas condiciones laborales dignas».

http://www.diariovasco.com/v/20120414/costa-urola/trabajadores-llevan-tribunales-contencioso-20120414.html