La dignidad del trabajador ante el despido


Hace días que decidí iniciar una acción de protesta contra la que fue mi empresa, Mecatena. Mi objetivo no es solo personal, el principal es realizar una denuncia social contra las empresas que no respetan a los trabajadores e invitar a la reflexión del conjunto de la ciudadanía.

En la situación laboral actual, los derechos para una mayoría de trabajadores del sector privado se reducen a tres opciones.

1. Reducción de jornada y salario, con la consiguiente asfixia económica y moral… Y cuando te canses te vas sin un euro.

2. Despido objetivo: 20 días por año trabajado y se acabó.

3. Si no estás de acuerdo con la segunda opción: despido improcedente, siete meses sin cobrar hasta que salga el juicio y ya decidirá el juez si procede la suspensión del contrato o si la empresa debe readmitirte.

Lógicamente, la segunda opción se convierte de obligado cumplimiento, ya que es la única que aporta algo de aire a la familia para seguir respirando.

Tranquilamente recapacitas, te das cuenta de que tu dignidad ha sido pisoteada y sientes la frustración que eso produce. Pero, si consigues transformar la ira en algo positivo, constructivo, mirando dentro de tí, acabas encontrando la verdad –al menos, mi verdad– y eso te da una inmensa energía. Tienes la plena convicción de que tarde o temprano se hará visible la verdad y si recorres el camino con dignidad, tienes el éxito asegurado en tu vida.

El motivo fundamental de estas líneas es animar a la ciudadanía a que se una, a luchar entre todos de forma pacífica contra las injusticias sociales, a las que cada vez más estamos sometidos los trabajadores.

Debemos ser solidarios, forma parte de la esencia humana y redunda en beneficio de todos.

En el tema laboral, se es necesario dar un toque de atención a algunos empresarios para que sepan que no se pueden aprovechar de la situación para intimidar y abusar de la necesidad de los trabajadores; y ser conscientes de que parte de la riqueza que han cosechado es gracias al esfuerzo del trabajo de sus empleados.

Los empresarios, en vez de asfixiar a los que le dan de comer, deberían organizarse y luchar junto a sus trabajadores para que no les atosiguen de impuestos y sean las multinacionales y los bancos quienes asuman su responsabilidad social recortando sus astronómicos beneficios.

En todo esto no se trata de ganar o perder, sino de honradez.

Mi padre me enseñó desde bien pequeño a ser honrado y no comerme jamás lo de nadie, pero también me dio el coraje y el valor para luchar por lo que es justo y no consentir que nadie se coma el pan de mis hijos, obtenido con mi sudor y mi esfuerzo.

Animo a todos los ciudadanos a que nos unamos para defender nuestros derechos de forma contundente pero también pacífica.

http://www.lacronicabadajoz.com/noticias/extremadura/la-dignidad-del-trabajador-ante-despido_88979.html

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