Durante el pasado mes de agosto los principales medios de comunicación españoles reproducían pomposos titulares a cerca de la situación económico y social del todo poderoso El Corte Inglés. El buque insignia del sector español de grandes almacenes presentaba este verano sus cuentas de resultados del 2011 y anunciaba la implantación de la nueva uniformidad masculina prevista en el Plan de Igualdad que la empresa firmara con los sindicatos en 2008. Estos anuncios cosecharían grandes alabanzas en buena parte de la prensa, que rendía pleitesía al gigante del comercio jaleando sus asombrosos éxitos económicos y su implacable lucha contra la desigualdad con titulares tan contundentes como “El Corte Inglés apuesta por el empleo y reduce su beneficio a 210 millones de euros” (elplural.com), “El corte Inglés estrena trajes para la igualdad” (El Faro de Vigo) o “El corte Inglés acaba con la discriminación…” (lainformación.com).

La realidad es bien diferente para las decenas de miles de trabajadoras y trabajadores de El Corte Inglés y así lo hace saber la sección sindical de CCOO que expresó horas después de publicarse estas informaciones su estupor ante tamaña maniobra de propaganda. El sindicato denuncia que en sendos comunicados que, contrariamente a lo publicado, desde el 2010 no ha dejado de perderse empleo en El Corte Inglés y que CCOO prepara una demanda contra la empresa por incumplimiento del Plan de Igualdad.

Sin embargo los comunicados emitidos por la central sindical no alcanzan la misma repercusión que su contraparte empresarial. Y es que no es fácil superar el sistema de censura de quien es el mayor anunciante español y por lo tanto, una de las principales fuentes de ingresos de los medios de comunicación. (En 2011 el Grupo El Corte Inglés fue el primer grupo anunciante de España con una inversión de 171,3 millones de euros). La prensa española que se precipitaba a publicar la información ofrecida por la empresa sin contrastarla, se ha negado en su mayoría a rectificar o al menos completar lo publicado ignorando deliberadamente los comunicados de CCOO. Es sin duda un ejemplo muy ilustrativo de cómo funciona el “moderno” sistema de censura capitalista: controlando la financiación de los medios, controlas la información.

Desde CCOO aseguran que en 2010 “éramos 66.754 personas trabajando en El Corte Inglés. Un año más tarde, con la apertura del centro Marineda City en A Coruña, la nueva zona comercial de Castellana y otras tres tiendas en aeropuertos españoles, somos 65.156 personas las que quedamos en plantilla»

Además desde la sección sindical señalan que en el informe de las cuentas anuales no viene reflejado «el por qué año tras año se va despojando al personal de derechos y las condiciones laborales siguen empeorando día tras día, la mayoría de trabajadores y trabajadoras su salario no llega a los 1.000 € mensuales, sin embargo los accionistas se reparten 43,5 millones de euros, se sigue discriminando al 67% de la plantilla por ser mujeres, existen jornadas interminables de hasta 10 horas sin poder conciliar vida personal y laboral, eliminación de la cláusula de revisión salarial y año tras año se va perdiendo poder adquisitivo, y muchas más casos que esta empresa utiliza para al final seguir con sus beneficios».

Por otra parte el sindicato señala que El Corte Inglés utiliza la uniformidad en el personal de venta masculino como coartada para no aplicar El Plan de Igualdad de la empresa. De los 11 objetivos que recoge el Plan, la uniformidad es el último. Once objetivos que no se han alcanzado porque la empresa, según CCOO, ha impedido la aplicación de las medidas correctoras recogidas en él. A menos de un año de que expire su vigencia, mayo de 2013, Comisiones Obreras ha iniciado los trámites previos ante el Servicio Interfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA) para interponer demanda contra El Corte Inglés por incumplimiento del Plan de Igualdad. Puede ser la segunda derrota que sufre El Corte Inglés en los tribunales por discriminar a las mujeres, después de que ya fuera condenado por el Tribunal Supremo en materia de discriminación profesional.

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