Hola, ayer me vi envuelta en una trama en la cual jamás creí que me vería. Ayer estaba en el vestuario cambiándome para irme, entró una compañera y empezó a revolverlo todo y salió escopetada. Al rato volvió, yo ya estaba cambiada, me estaba pintando y la raya de ojos se me cayó en su bolso, se lo dije y cogió su bolso bruscamente, yo no entendía nada, la pregunté que la pasaba y me dijo en un tono borde: nada, ¿qué me va a pasar? he entrado a cambiarme. Se cambió corriendo y se fue, a los dos minutos salí yo, estaba el jefe esperándome y me dijo que se estaban produciendo robos, qué siempre que esto había pasado yo había estado trabajando (Trabajo sábados y domingos, estos dos días estamos casi todas en la tienda) y que hoy una compañera salió diciendo que sus cosas no estaban como ella las dejó y le faltaba la cartera y cuando volvió la cartera estaba, que pensaba que soy yo. No he sido yo, es algo que está totalmente en contra de mis principios, y me gustaría demostrar que yo no he sido, pero no sé cómo ni qué hacer, me parece fatal que me acusen sin conocerme. Es más, en mi opinión esta compañera no sabía cómo dejó las cosas y al ver que no estaban como ella pensó que las había dejado se emparanolló. ¿Qué puedo hacer?

La Abogada Contesta: 

SE NECESITAN PRUEBAS PARA ACUSAR NO BASTA CON LAS MANIFESTACIONES DE UN COMPAÑERO

Esta es una cuestión que excede el ámbito del derecho del trabajo, es más propio del ámbito penal, aunque es verdad que al producirse en el centro de trabajo tiene consecuencias laborales. En el ámbito laboral esta conducta, si fuera posible demostrarla, se sancionaría según la calificara el convenio colectivo aplicable de falta leve, grave o muy grave.  Pero, no basta con las acusaciones verbales de un compañero para poder sancionar a otro por robo, hacen falta pruebas que lo demuestren –grabaciones, testigos, etc.-.

En principio, estas manifestaciones no deben preocuparte si se vuelven a producir quizás podrías acudir a la Inspección para informar de estos hechos.

Juana Serrano